martes, 31 de julio de 2012

ROBORÉ, PASADO Y PRESENTE


Texto transcrito de “Recorriendo los Municipios del Corredor Bioceánico” ROBORÉ, pasado y presente, (Págs. 180-186), del libro publicado por el “Proyecto de Protección Ambiental y Social en el Corredor Bioceánico (PPAS) y al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Diciembre de 2011, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.  

CAPÍTULO I
HISTORIOGRAFÍA DEL MUNICIPIO DE ROBORÉ

El misterio de los primeros pobladores prehispánicos.- el vergel entre el río Paraguay y el río Grande o Guapay.- El esplendor de Santiago de Chiquitos.- Exploradores y colonización en el siglo XIX: Alcides Dessalines Orbigny; Manuel Luis de Oliden; Francis de la Porte Conde de Castelnau; La Sociedad Progresista de Bolivia; El sueño de Domingo Vargas; La obra de Miguel Suárez Arana.

La ciudad de Roboré a lo largo de su historia es de suma importancia para el desarrollo y el desenvolvimiento de la Gran Chiquitania y el Oriente boliviano en su conjunto.
Al rebuscar sobre el pasado de esta exuberante tierra, surcada por valiosas fuentes de agua, colinas, bosques y pastizales, vemos que su trayectoria está marcada por su estratégica ubicación geográfica en el Sureste de Santa Cruz.
Desde la penetración de don Ñuflo de Cháves y la fundación de Santa Cruz de la Sierra en 1561, estos maravillosos parajes de la Chiquitania que hoy en día son parte del territorio y la jurisdicción del Municipio de Roboré, cautivaron a los primeros exploradores españoles, produciendo el ego más febril y ansias por encontrar las riquezas y perseguir el medio del Gran Paitity, el Rey Blanco o la Noticia Rica.
El municipio y la ciudad de Roboré en su conjunto, son tan cautivantes por su riqueza natural, sus paisajes, la tranquilidad y por su gente, que en una visita extraoficial del entonces Presidente Gral. René Barrientos Ortuño recibió el apelativo de “La Perla del Oriente”.
El misterio de los primeros pobladores prehispánicos
El arte rupestre y la arqueología en toda la región de la Chiquitania y, sobre todo, en el Municipio de Roboré hasta esta primera década del siglo XXI, no han sido estudiadas a profundidad; existen solamente apreciaciones y analogías; en otros casos solo se han registrado algunos sitios de arte rupestre (Kaifler 1993, 1997, 1999, 2002, 2010; Pía 1987 y 1997). Hoy existen estudios arqueológicos patrocinados por Gas Transboliviano  S. A. “Al Este de los andes al Sur del Amazonas”; además existe el “Estudio Arqueológico y Cultural del Bloque Chiquitano Santa Cruz la Vieja y Laguna Concepción” que es descriptivo, y estaba dentro del “Programa de Apoyo a la Integración Física Regional del Corredor Vial Santa Cruz – Puerto Suárez”, con el financiamiento de la Unión Europea.
Lo que se ha logrado hasta el momento es registrar sitios de arte rupestre y posibles yacimientos arqueológicos de ocupación permanente, de ocupación temporal, abrigos rocosos, santuarios prehispánicos y coloniales, caminos prehispánicos y áreas funerarias.
El municipio de Roboré alberga una gran riqueza arqueológica y sitios de arte rupestre; pero poco se sabe de los primeros pobladores prehispánicos de esta exuberante pascana  entre el Atlántico y el Pacífico, el Amazonas y la Patagonia, aunque se podría afirmar que existen “Cinco mil años de presencia humana estable o transitoria” en la región.
No cabe la menor duda de que una cultura prehispánica vivió en estos parajes hace miles de años, hacia el 1.500 ó 1.100 a. C. su organización social  era muy sencilla y formaban grupos tribales o por castas, guiados por su propia cosmovisión, con bastante apego al universo y la naturaleza; movidos por la necesidad de mitigar el hambre fueron guiados por la intuición antes que por la razón, para conseguir comida, dominar el terreno y el territorio, y hacer acuerdos con grupos vecinos.
En los sitios de arte rupestre del municipio de Roboré, podemos tener contacto directo con los mensajes o tal vez huellas de ese misterioso pasado, dejados en los hallazgos de los Valles de San Manuel, Urasiviquia, San Sabá y Yororobá, así como en los de la comunidad de San Lorenzo y otros que existen en el Cerro Banquete en Santiago de Chiquitos. Se han encontrado numerosas representaciones de arte rupestre en cuevas, abrigos rocosos, aleros de pendientes de arenisca plasmando un lenguaje en la antigua lengua rupestre.
Los sitios de arte rupestre actualmente no reciben el debido cuidado y protección; a estos elementos hay que sumarle que el material rupestre en el municipio de Roboré, no ha recibido la atención mínima por parte de arqueólogos e investigadores; es por esta razón que existen problemas de cronología y correlación con los grupos culturales y de interpretación por vía científica.
A los sitios de arte rupestre y los yacimientos que poseen petrograbados, se los ha denominado de variadas maneras: arte epilíco, paleolítico, de la época glacial, manifestación, testimonio, escritura petrográfica o pictográfica. [1]
Entre las representaciones zoomorfas y antropomorfas más conocidas están: los animales con gran cuerpo y patas pequeñas en el valle del río de San Manuel; el pez pequeño, el hombre Pío (avestruz americano) y otras figuras que parecen monos en el valle de UIrasiviquia; En San Sabá próximo al valle de Santiagoma, se encuentra el petroglifo de un hombre y otras figuras zoomorfas en actitud de danza. En Yororobá se encuentran escenas de caza, y en San Lorenzo donde se han encontrado entre otras, una figura femenina de largo cuello.
En el cerro del Banquete y la serranía de Santiago, existen innumerables sitios de arte rupestre por registrar, entre los que se destacan petroglifos antropomorfos con tocados de plumas, líneas y figuras geométricas.
El vergel entre el río Paraguay y el río Grande o Guapay
Lo que actualmente conocemos por Roboré, pudo ser antes de la llegada de los españoles el vergel o una de las pascanas mejor situadas para las naciones o grupos indianos que recorrían estas enmarañadas selvas; por otro lado pudo ser el nudo para encarar la travesía: por el Norte hacia las tierras de Mojos, por el Oeste para llegar al Guapay o río Grande, por el Este para conectarse con el Mar del Norte o Xarayes, y hacia el Sur como el último reservorio de agua estable, para encarar la ruta seca hacia el Paraguay y el Norte de la Argentina.
Para la investigación es menester mencionar el “Ramal chiquitano Prehispánico”. Así, como sostiene Oscar Tonelli Justiniano, se puede asegurar que por el territorio chiquitano pasaban por lo menos dos ramales del “Camino o Caminho de Peabirú”. Es importante destacar  este dato porque permite entender la magnitud de la zona chiquitana y la importancia que ésta ejercía desde la época precolombina, sirviendo como nexo entre las llanuras del Beni hacia el Noreste y las selvas y pantanos en los Estados de Matto Grosso y Paraná en la República Federativa del Brasil.
Tonelli Justiniano habla de dos importantes ramales, el primero fue utilizado por Alejo García, Juan de Ayolas y por Domingo Martínez de Irala. “Esta ruta ingresaba en la actual Chiquitania por la zona del Palmar de las Islas (hoy territorio paraguayo), el cerro San Miguel y las Salinas de San José y Santiago, y luego de recorrer buena parte del aquel agreste territorio, recorría largo trecho de las tierras de los Amerindios Chiquitos, y salía al río Guapay, que vadeaba, para dirigir sus pasos a las tierras altas de Charcas y el alto Perú”. (Tonelli 2007:36).
El segundo ramal importante remontaba y seguía el curso del río Paraguay hasta alcanzar el Puerto de los Reyes a los 18º58’; es necesario rescatar este tramo, porque da luces para comprender que este acceso tenía mayor significación por las cercanías a las fuentes de aguas, a la utilización de su navegabilidad; por otra parte, a creer que río arriba pudiesen encontrarse naciones más consolidadas y llenas de riquezas.
Pero en realidad, lo que hace diferente a este ramal, según Tonelli Justiniano, es que estaba “localizado sobre la margen derecha del canal Tamengo y en la desembocadura del Lago o Estanque Manioré, accidente conocido hoy con el nombre de Bahía o Laguna Cáceres. Y para quienes viajaban a caballo bordeando el río por la margen oriental, cruzaban este curso de agua por un vado situado antes de llegar al sitio donde está emplazada la ciudad brasileña de Corumbá” (Tonelli 2007:36-37). En la figura de nuevos mapas y las crónicas, este paraje también era conocido con los nombres de Paso de los Itatines, Paso de los Bandeirantes o Paso de los Jesuitas.
Este es el ramal chiquitano por donde anduvieron y exploraron Álvar Núñez Cabeza de Vaca, el Capitán Ñuflo de Cháves, el gobernador de Paraguay Francisco Ortiz de Vergara y el Obispo de la diócesis, Fray Pedro Fernández de la Torre, como así mismo otros capitanes, oficiales, mujeres y soldados de la conquista. Hay que destacar que el adelantado Álvar Núñez Cabeza de Vaca, en 1543, en una fracasada entrada cruza por las cercanías del río de Aguas Calientes en procura de la Tierra Rica.
Podemos asegurar que los inicios y la ocupación de estos territorios estuvieron ligados a las primeras exploraciones, a la comunicación a través de los ramales chiquitanos que utilizaban las naciones o parcialidades precolombinas. Antes de entrar a la historiografía del Municipio de Roboré es importante resaltar la historia de Santiago de Chiquitos y otros parajes históricos que merecieron su importancia en el periodo misional y en la segunda centuria del siglo XIX. (…)
 
CAPÍTULO II
ANTECENDENTES HISTÓRICOS DE LA CIUDAD DE ROBORÉ
Antecedentes de Roboré.- el porqué del nombre Roboré.- Leyes y Decretos fundacionales.- El triunvirato pionero de Roboré: Ángel Sandoval Peña; Don Ricardo Müller Kram; El Capitán Eyzaguirre.- Historias de vida en el siglo XX: La leyenda de Juan Miserandino Diyergi; el primer párroco de Roboré; el gran médico de Roboré; Pedro Lacunza, un hombre de acción; Napoleón Montero Montero; Don Germán Vaca Díez Montero; Doña Laida Noemia Peinado de Sáenz; Don José Taceó Surubí.

Antecedentes de Roboré
Para adentrarnos en la historiografía de la ciudad de Roboré es necesario situarnos en el contexto histórico del Sureste cruceño a partir de 1880, esto es, en la afanosa tarea de solucionar la administración territorial y poblar regiones que por la falta de la mano de obra no podían explotarse sus riquezas. Pasando desde 1857 primero con las Jefaturas Políticas y luego por los Distritos Territoriales en 1871, estos antecedentes se tornan posteriormente en la base para la creación de las Delegaciones Nacionales[1] a partir de 1911, las cuales estaban en la obligación de rendir cuentas anualmente ante el Tribunal de Cuentas del Estado Nacional.
Desde la Ley de Organización administrativa de 1888 que organiza el territorio en departamentos, provincias y cantones a cargo de prefectos, subprefectos y corregidores, estableciendo alcaldes dependientes de los corregidores, hasta el año 2008, la forma de la organización de la República estaba normada por los artículos 108 y 110 de la antigua Constitución; a partir de 2009 con la aprobación de la nueva Constitución Política, Bolivia se organiza territorialmente según el Artículo 269 en: departamentos, provincias, municipios y territorios indígenas originarios campesinos.
Supuestamente la erección de Roboré se hace sobre la base de la Delegación del Oriente presidida por don Ángel Sandoval Peña, que tenía como responsabilidad el servicio de colonización, administración, construcción y fundación de un puerto sobre el río Paraguay, pero pareciera que su infortunio y la quimera hacia el río no fue su gran aliada, pues prefirió consolidar un lugar estratégico de tierras más adentro en las cercanías de la serranía de Santiago.
Por su parte, Roboré ha construido su historia y desarrollo, a merced del legendario territorio Chiquitano que albergó a naciones indianas prehispánicas. Tonelli Justiniano da cuenta de la importancia de este paraje para la comunicación entre Santa Cruz de la Sierra y el río Paraguay. Así, los primeros indicios son encontrados en los trazos para la habilitación del camino Santa Cruz de la Sierra – Puerto Suárez en la obra magistral del cruceño don Miguel Suárez Arana.
Desde su fundación e el siglo XVI, Santa Cruz de la Sierra, así como las misiones de Santo Corazón y Santiago fundadas en el siglo XVII, fueron las únicas poblaciones más cerca de los Xarayes y del río Paraguay. Santiago de Chiquitos fue la punta de lanza y la pascana para las exploraciones y la construcción de caminos hacia el Este y el Sur del Oriente boliviano. Ya a partir de la segunda década del siglo XIX, este protagonismo de Santiago en la vinculación caminera tomó trazos en la geografía, así como la pascana salitrera-gomera del Paquió (léase Choboreca o Roboré) se tornará en el centro de la vinculación hacia el sureste como punto intermedio entre Santa Cruz de la Sierra – Puerto Suárez y entre San Ignacio de Velasco – Puerto Suárez.
En la historia de este próspero municipio chiquitano es importante señalar los antecedentes históricos y los documentos que se tienen sobre los datos que a través del tiempo han utilizado propios y extraños. En efecto, las primeras noticias históricas sobre la pascana de Roboré tienen sus orígenes en el anhelo de conseguir una salida hacia el Atlántico y consolidar el comercio en el Sureste. Ahora bien, debemos reconocer que este cometido por buscar una comunicación, hacer exploraciones, abrir sendas, acomodar y mantener el camino, estuvo en los intereses comerciales de los santiagueños, los josesanos, los comerciantes cruceños, comerciantes extranjeros y los demás habitantes de la Chiquitania, tal el caso del don Miguel Suárez Arana que va a entregar sus mayores esfuerzos por mantener este medio de comunicación.
Por eso, la historia de Roboré está ligada al comercio, a las ansias por la vinculación hacia el río Paraguay, para luego consolidarse como un punto estratégico militar. Los relatos del padre jesuita José Sánchez Labrador, así lo confirma cuando realizó su viaje por tierras chiquitanas en 1766, como ya vimos antes, siendo el lugar llamado un sitio de descanso.
La importancia de esta pascana, también fue descrita por el francés Paul Berneville, el cual da a conocer sus apreciaciones en 1899, diciendo que “se hallaba en este estratégico lugar, una pascana que recibía ya el nombre de El Paquió”[2]. (Tonelli 2004:266)
Sin embargo, existen varias versiones acerca de su fundación; ya la vimos antes, pero por su importancia, entre las más sobresalientes y que de alguna manera coinciden con la tradición oral de los habitantes de Roboré, las reiteramos aquí: la primera, como se vio, es la del escritor Mario Gabriel Hollweg; la segunda, la del profesor Miguel Montero Sánchez y del escritor Oscar Tonelli Justiniano, además de otras tantas en publicaciones, en revistas editadas por ciudadanos roboreseños. Tales versiones serán puestas a consideración de ustedes y se describen a continuación.
Gabriel Hollweg en su libro Alemanes en el Oriente Boliviano, menciona que el primer asentamiento que se registró en estas tierras fueron los establecimientos agropecuarios de don Ricardo Müller Kram, de nacionalidad alemana y hace referencia que él fundó la famosa Villa Castelnau; Müller “a su llegada construyó su primera cabaña en “Chovoreca”, sobre la cual se formó la primera pascana  que más tarde daría origen al nacimiento de uno de los importantes pueblos de la Chiquitania” (Holloweg 1995: 326)
Por otra parte sostiene que  Ricardo Müller fue enviado por el Gobierno Nacional en 1916 a fundar un pueblo, para tal cometido contrató los servicios del inglés Horacio Robinson, especialista en topografía; “ambos personajes contrataron toda la gente que pueden y cumplen con su cometido, así llega el 25 de octubre de 1916 y con la presencia del Dr. Ángel Sandoval y otras autoridades, queda fundado oficialmente este pueblo” (Holloweg 1995:326); este dato lo que refleja es que el Dr. Ángel Sandoval Peña solo fue un emisario que dio fe de la fundación de la Villa Castelnau.
Según el autor, entre las obras de gran envergadura que realizó don Ricardo Müller, que luego se tornó en un regalo al pueblo, fue la construcción del cuartel militar y la primera escuela fiscal, como así también fue el primero en tratar de sembrar algodón en la Chiquitania en la hacienda los “Troncos”, aunque que (sic) tuvo un fracaso por la sequía constante.
Pero en lo que no se equivocó fue con los grandes sembradíos de maíz y arroz, y a esto se sumó el desarrollo de la lechería, cría de ganado vacuno y bovino, fábrica de tejas y carpintería; en este último emprendimiento tuvo la colaboración de su hermano que era especialista en el trabajo de madera.
Miguel Montero en su libro Destellos de una Perla; menciona que en 1915 esta villa todavía era una parada de descanso de los viajeros y se encontraba en el trayecto del camino Santa Cruz de la Sierra – Puerto Suárez. Fue un personaje de mucha trayectoria política en Bolivia. El Dr. Ángel Sandoval Peña, que ejerciendo el cargo de Delegado Nacional del Oriente en el periodo de 1915 al 1916, quien “exploró y realizó estudios del lugar llegando a la conclusión que en ese espacio geográfico se podría formar un grupo de colonización civil – militar”; es por eso que el 18 de octubre de 1916 se funda la tan anhelada Villa Castelnau.
En dicha fundación se hace mención de que uno de los pilares fundamentales para que el Dr. Ángel Sandoval Peña pudiera seguir con su propósito, fue el Ministro de Guerra y Colonización, a través del cual “en marzo de 1917 solicitó el Dr. Sandoval al súbdito alemán,  don Ricardo Müller, una propuesta para la construcción del cuartel la que fue presentada y aceptada el 14 de abril y ratificada por el Ministro de Guerra y Colonización” (Montero, 1998:76); dicha propuesta de inmediato se empezó a ejecutar según el proyecto trazado.
Lo primero que se construyó fue el cuartel que se tenía planificado, el cual se empezó en “noviembre de 1917, y (fue) terminado el 6 de agosto de 1918, siendo el jefe de la guarnición el Capitán Darío Eyzaguirre del Castillo y los padrinos fueron don Pedro M. Arias, Rodolfo Roca, José Rejala y Fidel Alvis, quienes celebraron la primera misa solemne a cargo del cura de Puerto Suárez, padre Eusebio Zabala”. (Montero 1998:75-76).
Según Miguel Montero el cuartel se inauguró el 6 de agosto de 1918 y recién el 4 de octubre del mismo año se redactó el Reglamento del “Centro Colonial Roboré” (…) y de la formación de la Villa Castelnau, fecha en que se da por fundada la nueva Villa y el origen de un nuevo pueblo. En este reglamento habla sobre la Zona “F” de la colonización, la distribución  de la tierra, los loteos o solares urbanos, además de los lotes rurales, aclara la capacidad que tenía el Delegado Nacional bajo la tuición del Intendente y la Notaría Delegacional, que eran los órganos fiscalizadores.
Tonelli Justiniano obtuvo información del señor Franklin Gonzales quien escribió en el periódico “La Universidad”, que el alemán Ricardo Müller Kram fue el primero que “plantó su primera cabaña en Choboreca, sobre la base de la cual se formó la primera pascana, que más tarde dio el nacimiento de uno de los pueblos más pintorescos y mejor dotados de la legendaria Chiquitania”. (Tonelli 2004:265) y acerca del Dr. Ángel Sandoval Peña, menciona que estuvo como “Delegado Nacional del Oriente desde 1915 a 1920”;  en ese tiempo buscó y consiguió permiso para fundar un pueblo entre San José de Chiquitos y Puerto Suárez; después del trabajo de exploración y análisis decidió por fundar en la pascana el Paquió en el mes de octubre de 1916, la Villa Castelnau.
El Dr. Ángel Sandoval Peña argumentó ante las autoridades gubernamentales para dicha fundación lo siguiente: “establecer un punto estratégico de apoyo en aquella ruta comercial, proteger a los viajeros del ataque de un numeroso grupo de ayoreos silvestres que incursionaban por la zona y crear, un centro regional de colonización, de donde se irradiase la ocupación económica de los campos de su extendida área de influencia”. (Tonelli, 2004:267)
Ahora, recogiendo los datos de los tres autores mencionados, se llega a la conclusión de que los dos personajes,, don Ricardo Müller y el Dr. Ángel Sandoval Peña, tuvieron mucho que ver en el tema de la fundación de la Villa Castelnau; de hecho los dos personajes aportaron de gran manera al crecimiento y desarrollo de Roboré.
La Villa Castelnau, en sus primeros años de vida, contaba con unas cuantas casas, construidas de adobe y paja, que eran habilitadas primordialmente para los comerciantes  y viajeros que hacían la ruta comercial Santa Cruz de la Sierra – Puerto Suárez. Además, por otro lado, los primeros pobladores civiles fueron: Rodolfo F. Roca (comerciante); Fausto Borda (ganadero y comerciante); Wenceslao Herrera Salvatierra (comerciante), Guillermo Kerr (un norteamericano de color que estableció en el lugar una fábrica de ladrillos), y otros que contribuyeron al aprovisionamiento en los primeros inicios de la pascana El Paquió, hoy en día Roboré.  Una vez fundado el nuevo pueblo, a partir de ahí, dos elementos fueron elementales para su crecimiento y desarrollo: “El transporte carretero y la línea férrea que une Santa Cruz de la Sierra con Corumbá”. A esto se sumó en 1922 la instalación de nuevas líneas telegráficas y una moderna estación de radio.
Cuenta la tradición oral de los roboreseños que al momento de la fundación, ya antes vivían en esta pascana don Juan Taborga y su esposa María Pesoa y Luisa Surubí, el carpintero Mateo Surubí; además, existían otras personas en las tierras circunvecinas entre ellos José Rejala, Fausto Borda, Matías Moreno y Adolfo Suárez Arana Fonseca.
Los centro poblados más próximos a lo que hoy en día es la ciudad de Roboré, estaban habitados itinerantemente y amenazados por indígenas ayoreos (Zamucos); además de que se tenía conocimiento que también llegaron a este lugar antiguamente indígenas chiquitanos, posiblemente de origen santiagueño, de San Juan de Chiquitos o de Santo Corazón.
El porqué del nombre Roboré
Aunque pareciera un nombre de fábula, entre los escritos más antiguos tenemos la cita de Alcides D’Orbigny, que en 1831 se refrescó en las aguas del río Soboreca como él lo llama; un tiempo más tarde Mauricio Bach lo describe como río Chobore; por su parte Cristian Suárez Arana el 15 de marzo de 1904, al describir la cuenca del Tucabaca, que es uno de los principales ramales del río Otuquis, siendo el otro el río San Rafael, denomina a este río como Robores.
Por su lado según dice Baldomero Eberleim en su estudio sobre la Onomatología Corográfica de Santa Cruz, publicada en abril de 1915 por la Sociedad Histórica y Geográfica de Santa Cruz, el vocablo Roboré deriva de la voz chiquitana xoborez, que quiere decir piedra cuña, con la cual los indígenas construían sus hachas u otros utensilios. Además, analiza un documento del siglo XVIII existente en la Biblioteca Nacional de Madrid, de procedencia de los curas de Concepción encontrado en 1840 y del Pbro. Eliseo Ayala Gutiérrez cura de San Miguel, en el cual existe repetidas veces las palabras: yoichoborez, oichoborez, oichoboreca, que hacen referencia al demonio o diablo.
Sin querer dañar a los especuladores, Roboré proviene de la voz chiquitana, rscbobores: piedra redonda; xoboreca: piedras redondas. Este vocablo de origen chiquitano nos lleva a crear un gentilicio: robórense o roboreceños para los ciudadanos de roboré.
Leyes y Decretos Fundacionales
La descripción de marco legal sobre la colonización en el Sureste del Departamento de Santa Cruz da como resultado la conformación de la Delegación del Oriente que comienza a gestarse desde el 11 de enero de 1911, donde Santiago de Chiquitos, de una u otra manera a partir de este momento, pasa a quedar en segundo plano, claro sin perder por completo el protagonismo como campamento base del Sureste.
En la Ley del 11 de enero de 1911 que a continuación se detalla, vemos claramente que el objetivo seguía siendo el de hace casi ochenta años atrás.
LEY DE 11 DE ENERO DE 1911
DELEGACIÓN NACIONAL.-  Se crea sobre el río Paraguay en la frontera Oriental de la República.
ELIODORO VILLAZÓN
Presidente de la República de Bolivia
Por cuanto el Congreso Nacional ha sancionado la siguiente Ley:
EL CONGRESO NACIONAL
DECRETA:
Artículo 1º - Se crea una Delegación Nacional para el servicio de Colonización, administración, construcción y fundación de un puerto sobre el río Paraguay, en la frontera oriental de la República, que funcionará por el término de tres años, sin comprometer los derechos territoriales del Departamento de Santa Cruz.
Artículo 2º - El Ejecutivo reglamentará la presente ley.
Sala de sesiones del Congreso Nacional. La Paz, 11 de enero de 1911.
MACARIO PINILLA. JULIO C. VALDÉS
José S. Quinteros, F Alcocer Irigoyen. Senador Secretario
Diputado Secretario. L Pizarro, Diputado Secretario.
Por tanto: la promulgo para que se tenga y cumpla como ley de la República.
Palacio de Gobierno.- La Paz, á los once días del mes de enero de mil novecientos once años.
ELIODORO VILLAZÓN, Julio La Paye.
La Delegación del Oriente debía ejercer jurisdicción territorial conforme a la ley de 11 de enero de 1911, dentro de este perímetro: al Norte y Este, la línea de fronteras con Brasil, comprendiendo los cantones de San Matías, Santo Corazón, Santiago y Puerto Suárez, en Provincia de Chiquitos; al Sud los límites de la República y al Oeste, los de los cantones mencionados. Esta delimitación no tenía otro objeto que de evitar colisiones jurisdiccionales facilitando la labor de la Delegación ni tampoco comprometía los derechos territoriales del Departamento de Santa Cruz. (Véase el DS 17 de diciembre de 1912 en el anexo Nº 2)
El triunvirato pionero de Roboré
Más que un reconocimiento, es enaltecer a los tres pioneros e ilustres ciudadanos que impulsaron la creación del Centro de Colonización Roboré, la Villa Castelnau y el Fortín Roboré; sin duda alguna estos tres hombres, sus ideales y principios se fusionaron en los que es la administración, la estrategia y el comercio; de esta manera nace un pueblo, nace un fortín y nace un cúmulo de expectativas para la colonización y la soberanía del país.
Tanto del Delegado Nacional, el militar que estaba a cargo de la tropa que iba a componer el fortín y los primeros vivientes, hacen de este emprendimiento algo sutil y anecdótico para la historia de la Chiquitania y del Departamento de Santa Cruz. Los pioneros de esta empresa tan importante para la soberanía son: el Dr. Ángel Sandoval Peña, el Capitán Darío  Gregorio Eyzaguirre del Castillo y el ciudadano alemán don Ricardo Müller Kram; acompañados por cierto, de otros moradores y vecinos de las parcerías vecinas.
Ángel Sandoval Peña
Pionero en el Sureste cruceño en las primeras décadas del siglo XX, nació en Vallegrande el 26 de septiembre de 1871. Recibió la instrucción primaria en el colegio Seminario de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra; los estudios superiores los realizó en la Universidad de San Aquino (hoy Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, UAGRM); fue elegido diputado por Vallegrande entre 1904 – 1905, también diputado por la Provincia Cordillera de 1906 hasta 1909.
En 1903 e inicios de 1904, participó activamente en la conformación de la Sociedad Histórica y Geográfica [3] de Santa Cruz, dejando muestras apreciables de su preparación histórica y sociológica; participó en la redacción y consenso del “Memorándum de 1094”, dirigido al Honorable Congreso y a la Nación, sobre la demanda y las ventajas del Ferrocarril Oriental.
Este ilustre patricio cruceño, en el año 1912 contrajo nupcias con doña Julia Saavedra, nieta del Gral. Agustín Saavedra (héroe de la Batalla de Ingavi), de cuya unión conyugal nacieron sus hijos: Edith, Alicia, Elva, Mario y José, quienes se distinguieron por sus virtudes públicas y académicas.
Su brillante carrera política lo llevó a munícipe de la comuna cruceña en los periodos de 1908 a 1915; desde septiembre de 1916 a 1918 desempeñó el cargo de Delegado del Oriente, donde su obra ha quedado marcada en la memoria de los roboreseños, con la concepción ideológica reformadora y progresista. Hizo de Puerto Suárez, puerto libre y con tarifas diferenciales para estimular la colonización y el dominio mediante una desarticulación nacional.
Fue prefecto de Santa Cruz en 1919; también cumplió las tareas de magistrado de la Corte Suprema de Justicia, permaneciendo en el cargo hasta 1936; en sus últimos años de vida este ilustre cruceño, volvió al ejercicio de la abogacía, descanso de su agotadora tarea de pionero, hombre de mundo y forjador de ilusiones, fallece el 30 de enero de 1941 en la ciudad de Sucre – Chuquisaca.
Don Ricardo Müller Kram
Mario Gabriel Hollweg, describe a este personaje como un hombre de mucho empuje, incansable, un verdadero pionero; construyó su primera cabaña en Choboreca (Roboré), sobre la cual se formó la primera pascana que más tarde daría origen al nacimiento de uno de los más importantes pueblos de la Chiquitania: Roboré.
Don Ricardo Müller Kram, nació en Alemania 1887. Fue el menor de tres hermanos: Melania, Otto y Ricardo. Llegó a Bolivia en 1910, a la edad de 23 años, contratado por la casa Zeller – Villenger & Cia., para trabajar como contador en la sucursal de Puerto Suárez; luego se le encomendó crear otra sucursal en Santiago de Chiquitos; allí conoció a Aurora Montero Vargas, con quien se casó y de este matrimonio nace su primer hijo Leonardo Müller Montero.
Sostiene Mario Gabriel H., que el gobierno de ese entonces, en 1916, le encomendó fundar el pueblo de Roboré, obra que realizó con decisión para lo cual contrató los servicios del topógrafo inglés, Horacio Robinson. Ambos contrataban toda la gente que pueden y cumplen con su cometido, así llega el 25 de octubre de 1916 y ante la presencia del Dr. Ángel Sandoval y otras autoridades, queda fundado oficialmente  este pueblo. Don Ricardo construyó en Roboré el Cuartel Militar para el Fortín Roboré con una paga de 20.000 bolivianos por el Estado Boliviano; además se le atribuye la puesta en marcha de la primera escuela fiscal, obra que luego fue donada al pueblo.
Cuando la guerra del chaco, hizo que se alistara su único hijo Leonardo para defender el territorio boliviano, allí perdió la vida dejando viuda a su esposa Berta Cuéllar Montero y en la orfandad a sus dos hijos muy pequeños.
El capitán Eyzaguirre
El capitán Darío Gregorio Eyzaguirre del Castillo, nació en Santa Cruz de la Sierra el 9 de mayo de 1885; estudió en el Colegio Militar del Ejército en la ciudad de La Paz; desde sus primeros días en el alma mater del Ejército Nacional, mostró su vocación hacia la ciencia y el arte militar, sacando adelante su entrega por la región del Oriente boliviano; es una de las figuras militares representativas de la Chiquitania antes de la Guerra del Chaco; su disciplina, la capacidad y el conocimiento fueron sus principales armas para graduarse con honores como Subteniente en 1893, y ser destinado al Regimiento “Junín”.
Para tener acceso a los círculos sociales en la ciudad de La Paz y la proximidad a los representantes del Congreso Nacional, le valió mucho su ascendencia familiar, la capacidad y el compromiso que tenía con el país; nieto del Dr. Fermín Eyzaguirre, diputado por La Paz, quien el 6 de agosto de 1825 firmara el Acta de la Independencia en Chuquisaca.
Participó de la Campaña del Acre, donde puso a prueba su patriotismo, el valor militar y el espíritu de cuerpo, luchando a favor de la causa nacional; marchó al teatro de operaciones, formó parte del Batallón Acre, con el grado de Teniente, donde fue decorado por su valentía con la “Medalla de Oro Militar”, demostrando y empezando así su glorioso ascenso en la carrera castrense y dándoles glorias al país y sobre todo al Oriente boliviano.
Al retornar de la campaña del Acre, es destinado a la Guarnición Militar con base en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Hasta entonces había demostrado su destreza y las actitudes como estratega militar, y por ser un militar explorador y con buen tino para ubicar estratégicamente fortines a lo largo del territorio del Oriente boliviano, a partir de 1907, año en que ya se ponía en tela de juicio el conflicto de límites con el Paraguay, fue destinado a la Guarnición Militar de Puerto Suárez. Antes había colaborado en organizar los fortines Cañada Larga, Tres Cruces, Pozo del Tigre y Guarayos. Posteriormente fundó los fortines Libertad y Guapomó en el Monte Grande de Los Cafeses, camino a Velasco, hoy en día es parte del territorio del Municipio de San Julián en la Provincia Ñuflo de Cháves.
Hombre valiente, sobrio y trabajador, fue nominado por el Delegado Nacional del Oriente, Dr. Ángel Sandoval Peña para formar un campamento en lo más estratégico de la zona, denominado por los nativos Roboreca (…), donde se fundaría posteriormente la Villa Castelnau a partir de 1918. Salió de Puerto Suárez el 5 de noviembre de 1917 al frente de veinte hombres, presupuestados para la Guarnición de Santiago, con herramientas, servicios de rancho y otros enseres, para controlar desde este punto la construcción del cuartel en Roboré.
El capitán Eyzaguirre fue fundador del cuartel del fortín Roboré, donde vivió dos años; en 1919 fue destinado a la Guarnición de la Frontera Norte Riberalta, después de haberse desempeñado como Jefe de Estado Mayor de este Distrito; luego fue destinado al Estado Mayor Militar en Santa Cruz de la Sierra.
Para la Guerra del chaco ya era un militar jubilado, su amor patrio lo impulsó a formar nuevamente parte de los cuadros de oficiales, y el 11 de noviembre de 1932 fue nombrado Jefe de Etapas en río Grande y Puesto Abapó, desde donde realizó el reclutamiento de conscriptos de las provincias Sara, Warnes y Ñuflo de Chávez para conducir estos contingentes a Charagua y Villamontes.
Se casó dos veces, en la primera esposa doña Julia Rivera tuvo los siguientes hijos: Juan, Darío, Luís, Armengol, Eduardo, Julio y Alcira; en su nuevo hogar en 1936, con doña Victoria Cuéllar nacieron: Asunta, Wigberto, María Violeta, Paula Hortensia, Blanca Catalina, Francisco Víctor e Isabel. Trataba sobre todo que sus hijas mujeres sobresalgan en la sociedad cruceña, en las artes, la disciplina y el compromiso con su tierra.
Después de haber cumplido su deber como soldado y ya en los años de su jubilación falleció en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra a los 82 años el 6 de diciembre de 1957. Es sin duda el pionero de la vida castrense en Roboré y uno de los artífices de la efímera Villa Castelnau.



[1] Estas demarcaciones territoriales estaban a cargo de un Delegado Nacional: la Ley 28 de octubre de 1890 fue reglamentada por el decreto 2 de diciembre de ese mismo año; entre esas delegaciones estaban las Delegaciones Nacionales del Madre de Dios y el Purus, luego la ley de 27 de diciembre de 1905 creó la delegación Nacional del Gran Chaco, para el servicio de la colonización, administración y exploración en el río Pilcomayo y territorios adyacentes, por el término de cinco años, no comprometiéndose los derechos territoriales de los Departamentos de Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz. En 1926 se propuso la creación de una subdelegación con la provincia Caupolicán, pero este proyecto quedó dormido en el parlamento. También mediante la Ley del 4 de abril de 1928 se creó la Delegación Nacional de Parapetí y Llanos de Manso, para desenvolver un plan de vialidad y de colonización  civil y militar de la parte occidental del Chaco. La Delegación Nacional de Guarayos, fue creada con carácter permanente mediante el Decreto Supremo  de 10 de mayo de 1938. También se creó la Delegación Nacional del Chapare, antes denominada Intendencia de Colonización del Chapare, en una jurisdicción de 50 mil hectáreas para promover el desarrollo de la región con inmigración del occidente de Bolivia. Por último tenemos la Delegación Nacional de Bermejo, de la que no hay la disposición legal que la crea, pero los Decretos de 20 de mayo de 1941 y 31 de marzo de 1942, autorizan al Delegado Nacional de Bermejo adjudicar lotes urbanos y suburbanos.
[2] Oscar Tonelli Justiniano sostiene que en honor a la verdad en el siglo XX, “eran tres estos árboles bajo cuya sombra armaron campamento y descansaron una infinidad de caravanas y viajeros del Sudeste chiquitano. Estos árboles marcaron desde siempre la vida de los roboreseños, como que por mucho tiempo fueron llamados los “come paquioses”. (Tonelli 2004:266). El árbol de Paquió que tiene como nombre científico Hymenaea courbaril, produce frutos de contextura esponjosa y con un olor exquisito.
[3] Esta sociedad impulsora de conocimiento, historia, antropología y demandas del Oriente boliviano, nació al servicio de los hombres y mujeres cruceñas, el 12 de julio de 1903; una pléyade de intelectuales y personalidades se organizaron con el pensamiento y la mirada puesta en el futuro regional; hizo reflexiones y trazó objetivos para mirar hacia el Oriente. Su primer Directorio estuvo presidido por don Cristian Suárez Arana, como vicepresidente don José Benjamín Burela Justiniano. Tesorero don Herminio Herrera, y Secretario don (s. n) Salvatierra. La publicación de los Boletines de la Sociedad a lo largo de 1903 a 1906, estaba a cargo de un representante de la Geográfica (Benjamín Burela), un personero del Club Gimnasia (Ángel Sandoval P.) y en condición de miembro de los grupos cívicos sociales don Plácido Molina Mostajo.


[1] Petrograbado: manifestación artística realizada sobre superficie rocosa natural o retocada in situ; pictografía: figuras pintadas de gran extensión.