Texto transcrito de
“Recorriendo los Municipios del Corredor Bioceánico” ROBORÉ, pasado y presente,
(Págs. 180-186), del libro publicado por el “Proyecto de Protección Ambiental y
Social en el Corredor Bioceánico (PPAS) y al Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), Diciembre de 2011, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
CAPÍTULO I
HISTORIOGRAFÍA
DEL MUNICIPIO DE ROBORÉ
El misterio de los primeros
pobladores prehispánicos.- el vergel entre el río Paraguay y el río Grande o
Guapay.- El esplendor de Santiago de Chiquitos.- Exploradores y colonización en
el siglo XIX: Alcides Dessalines Orbigny; Manuel Luis de Oliden; Francis de la
Porte Conde de Castelnau; La Sociedad Progresista de Bolivia; El sueño de
Domingo Vargas; La obra de Miguel Suárez Arana.
La ciudad de Roboré a lo largo de su historia es de
suma importancia para el desarrollo y el desenvolvimiento de la Gran
Chiquitania y el Oriente boliviano en su conjunto.
Al rebuscar sobre el pasado de esta exuberante
tierra, surcada por valiosas fuentes de agua, colinas, bosques y pastizales,
vemos que su trayectoria está marcada por su estratégica ubicación geográfica en
el Sureste de Santa Cruz.
Desde la penetración de don Ñuflo de Cháves y la
fundación de Santa Cruz de la Sierra en 1561, estos maravillosos parajes de la
Chiquitania que hoy en día son parte del territorio y la jurisdicción del
Municipio de Roboré, cautivaron a los primeros exploradores españoles,
produciendo el ego más febril y ansias por encontrar las riquezas y perseguir
el medio del Gran Paitity, el Rey Blanco o la Noticia Rica.
El municipio y la ciudad de Roboré en su conjunto,
son tan cautivantes por su riqueza natural, sus paisajes, la tranquilidad y por
su gente, que en una visita extraoficial del entonces Presidente Gral. René
Barrientos Ortuño recibió el apelativo de “La Perla del Oriente”.
El misterio de
los primeros pobladores prehispánicos
El arte rupestre y la arqueología en toda la región
de la Chiquitania y, sobre todo, en el Municipio de Roboré hasta esta primera
década del siglo XXI, no han sido estudiadas a profundidad; existen solamente
apreciaciones y analogías; en otros casos solo se han registrado algunos sitios
de arte rupestre (Kaifler 1993, 1997, 1999, 2002, 2010; Pía 1987 y 1997). Hoy
existen estudios arqueológicos patrocinados por Gas Transboliviano S. A. “Al Este de los andes al Sur del
Amazonas”; además existe el “Estudio Arqueológico y Cultural del Bloque
Chiquitano Santa Cruz la Vieja y Laguna Concepción” que es descriptivo, y
estaba dentro del “Programa de Apoyo a la Integración Física Regional del
Corredor Vial Santa Cruz – Puerto Suárez”, con el financiamiento de la Unión
Europea.
Lo que se ha logrado hasta el momento es registrar
sitios de arte rupestre y posibles yacimientos arqueológicos de ocupación
permanente, de ocupación temporal, abrigos rocosos, santuarios prehispánicos y
coloniales, caminos prehispánicos y áreas funerarias.
El municipio de Roboré alberga una gran riqueza arqueológica
y sitios de arte rupestre; pero poco se sabe de los primeros pobladores
prehispánicos de esta exuberante pascana
entre el Atlántico y el Pacífico, el Amazonas y la Patagonia, aunque se
podría afirmar que existen “Cinco mil años de presencia humana estable o
transitoria” en la región.
No cabe la menor duda de que una cultura
prehispánica vivió en estos parajes hace miles de años, hacia el 1.500 ó 1.100
a. C. su organización social era muy
sencilla y formaban grupos tribales o por castas, guiados por su propia
cosmovisión, con bastante apego al universo y la naturaleza; movidos por la
necesidad de mitigar el hambre fueron guiados por la intuición antes que por la
razón, para conseguir comida, dominar el terreno y el territorio, y hacer
acuerdos con grupos vecinos.
En los sitios de arte rupestre del municipio de
Roboré, podemos tener contacto directo con los mensajes o tal vez huellas de
ese misterioso pasado, dejados en los hallazgos de los Valles de San Manuel,
Urasiviquia, San Sabá y Yororobá, así como en los de la comunidad de San
Lorenzo y otros que existen en el Cerro Banquete en Santiago de Chiquitos. Se
han encontrado numerosas representaciones de arte rupestre en cuevas, abrigos
rocosos, aleros de pendientes de arenisca plasmando un lenguaje en la antigua
lengua rupestre.
Los sitios de arte rupestre actualmente no reciben el
debido cuidado y protección; a estos elementos hay que sumarle que el material rupestre
en el municipio de Roboré, no ha recibido la atención mínima por parte de
arqueólogos e investigadores; es por esta razón que existen problemas de
cronología y correlación con los grupos culturales y de interpretación por vía
científica.
A los sitios de arte rupestre y los yacimientos que
poseen petrograbados, se los ha denominado de variadas maneras: arte epilíco,
paleolítico, de la época glacial, manifestación, testimonio, escritura
petrográfica o pictográfica. [1]
Entre las representaciones zoomorfas y antropomorfas
más conocidas están: los animales con gran cuerpo y patas pequeñas en el valle
del río de San Manuel; el pez pequeño, el hombre Pío (avestruz americano) y
otras figuras que parecen monos en el valle de UIrasiviquia; En San Sabá
próximo al valle de Santiagoma, se encuentra el petroglifo de un hombre y otras
figuras zoomorfas en actitud de danza. En Yororobá se encuentran escenas de
caza, y en San Lorenzo donde se han encontrado entre otras, una figura femenina
de largo cuello.
En el cerro del Banquete y la serranía de Santiago, existen
innumerables sitios de arte rupestre por registrar, entre los que se destacan
petroglifos antropomorfos con tocados de plumas, líneas y figuras geométricas.
El vergel
entre el río Paraguay y el río Grande o Guapay
Lo que actualmente conocemos por Roboré, pudo ser
antes de la llegada de los españoles el vergel o una de las pascanas mejor
situadas para las naciones o grupos indianos que recorrían estas enmarañadas
selvas; por otro lado pudo ser el nudo para encarar la travesía: por el Norte
hacia las tierras de Mojos, por el Oeste para llegar al Guapay o río Grande,
por el Este para conectarse con el Mar del Norte o Xarayes, y hacia el Sur como
el último reservorio de agua estable, para encarar la ruta seca hacia el
Paraguay y el Norte de la Argentina.
Para la investigación es menester mencionar el
“Ramal chiquitano Prehispánico”. Así, como sostiene Oscar Tonelli Justiniano,
se puede asegurar que por el territorio chiquitano pasaban por lo menos dos
ramales del “Camino o Caminho de Peabirú”. Es importante destacar este dato porque permite entender la magnitud
de la zona chiquitana y la importancia que ésta ejercía desde la época
precolombina, sirviendo como nexo entre las llanuras del Beni hacia el Noreste
y las selvas y pantanos en los Estados de Matto Grosso y Paraná en la República
Federativa del Brasil.
Tonelli Justiniano habla de dos importantes ramales,
el primero fue utilizado por Alejo García, Juan de Ayolas y por Domingo
Martínez de Irala. “Esta ruta ingresaba en la actual Chiquitania por la zona
del Palmar de las Islas (hoy territorio paraguayo), el cerro San Miguel y las
Salinas de San José y Santiago, y luego de recorrer buena parte del aquel
agreste territorio, recorría largo trecho de las tierras de los Amerindios
Chiquitos, y salía al río Guapay, que vadeaba, para dirigir sus pasos a las
tierras altas de Charcas y el alto Perú”. (Tonelli 2007:36).
El segundo ramal importante remontaba y seguía el
curso del río Paraguay hasta alcanzar el Puerto de los Reyes a los 18º58’; es
necesario rescatar este tramo, porque da luces para comprender que este acceso
tenía mayor significación por las cercanías a las fuentes de aguas, a la
utilización de su navegabilidad; por otra parte, a creer que río arriba
pudiesen encontrarse naciones más consolidadas y llenas de riquezas.
Pero en realidad, lo que hace diferente a este
ramal, según Tonelli Justiniano, es que estaba “localizado sobre la margen
derecha del canal Tamengo y en la desembocadura del Lago o Estanque Manioré, accidente
conocido hoy con el nombre de Bahía o Laguna Cáceres. Y para quienes viajaban a
caballo bordeando el río por la margen oriental, cruzaban este curso de agua
por un vado situado antes de llegar al sitio donde está emplazada la ciudad
brasileña de Corumbá” (Tonelli 2007:36-37). En la figura de nuevos mapas y las
crónicas, este paraje también era conocido con los nombres de Paso de los
Itatines, Paso de los Bandeirantes o Paso de los Jesuitas.
Este es el ramal chiquitano por donde anduvieron y
exploraron Álvar Núñez Cabeza de Vaca, el Capitán Ñuflo de Cháves, el
gobernador de Paraguay Francisco Ortiz de Vergara y el Obispo de la diócesis,
Fray Pedro Fernández de la Torre, como así mismo otros capitanes, oficiales,
mujeres y soldados de la conquista. Hay que destacar que el adelantado Álvar
Núñez Cabeza de Vaca, en 1543, en una fracasada entrada cruza por las cercanías
del río de Aguas Calientes en procura de la Tierra Rica.
Podemos asegurar que los inicios y la ocupación de
estos territorios estuvieron ligados a las primeras exploraciones, a la
comunicación a través de los ramales chiquitanos que utilizaban las naciones o
parcialidades precolombinas. Antes de entrar a la historiografía del Municipio
de Roboré es importante resaltar la historia de Santiago de Chiquitos y otros
parajes históricos que merecieron su importancia en el periodo misional y en la
segunda centuria del siglo XIX. (…)
CAPÍTULO II
ANTECENDENTES HISTÓRICOS DE LA CIUDAD DE ROBORÉ
Antecedentes
de Roboré.- el porqué del nombre Roboré.- Leyes y Decretos fundacionales.- El
triunvirato pionero de Roboré: Ángel Sandoval Peña; Don Ricardo Müller Kram; El
Capitán Eyzaguirre.- Historias de vida en el siglo XX: La leyenda de Juan
Miserandino Diyergi; el primer párroco de Roboré; el gran médico de Roboré;
Pedro Lacunza, un hombre de acción; Napoleón Montero Montero; Don Germán Vaca
Díez Montero; Doña Laida Noemia Peinado de Sáenz; Don José Taceó Surubí.
Antecedentes
de Roboré
Para adentrarnos en la historiografía de la ciudad
de Roboré es necesario situarnos en el contexto histórico del Sureste cruceño a
partir de 1880, esto es, en la afanosa tarea de solucionar la administración
territorial y poblar regiones que por la falta de la mano de obra no podían
explotarse sus riquezas. Pasando desde 1857 primero con las Jefaturas Políticas
y luego por los Distritos Territoriales en 1871, estos antecedentes se tornan
posteriormente en la base para la creación de las Delegaciones Nacionales[1]
a partir de 1911, las cuales estaban en la obligación de rendir cuentas
anualmente ante el Tribunal de Cuentas del Estado Nacional.
Desde la Ley de Organización administrativa de 1888
que organiza el territorio en departamentos, provincias y cantones a cargo de
prefectos, subprefectos y corregidores, estableciendo alcaldes dependientes de
los corregidores, hasta el año 2008, la forma de la organización de la
República estaba normada por los artículos 108 y 110 de la antigua
Constitución; a partir de 2009 con la aprobación de la nueva Constitución Política,
Bolivia se organiza territorialmente según el Artículo 269 en: departamentos,
provincias, municipios y territorios indígenas originarios campesinos.
Supuestamente la erección de Roboré se hace sobre la
base de la Delegación del Oriente presidida por don Ángel Sandoval Peña, que
tenía como responsabilidad el servicio de colonización, administración,
construcción y fundación de un puerto sobre el río Paraguay, pero pareciera que
su infortunio y la quimera hacia el río no fue su gran aliada, pues prefirió
consolidar un lugar estratégico de tierras más adentro en las cercanías de la
serranía de Santiago.
Por su parte, Roboré ha construido su historia y
desarrollo, a merced del legendario territorio Chiquitano que albergó a
naciones indianas prehispánicas. Tonelli Justiniano da cuenta de la importancia
de este paraje para la comunicación entre Santa Cruz de la Sierra y el río
Paraguay. Así, los primeros indicios son encontrados en los trazos para la
habilitación del camino Santa Cruz de la Sierra – Puerto Suárez en la obra
magistral del cruceño don Miguel Suárez Arana.
Desde su fundación e el siglo XVI, Santa Cruz de la
Sierra, así como las misiones de Santo Corazón y Santiago fundadas en el siglo
XVII, fueron las únicas poblaciones más cerca de los Xarayes y del río Paraguay.
Santiago de Chiquitos fue la punta de lanza y la pascana para las exploraciones
y la construcción de caminos hacia el Este y el Sur del Oriente boliviano. Ya a
partir de la segunda década del siglo XIX, este protagonismo de Santiago en la
vinculación caminera tomó trazos en la geografía, así como la pascana
salitrera-gomera del Paquió (léase Choboreca o Roboré) se tornará en el centro
de la vinculación hacia el sureste como punto intermedio entre Santa Cruz de la
Sierra – Puerto Suárez y entre San Ignacio de Velasco – Puerto Suárez.
En la historia de este próspero municipio chiquitano
es importante señalar los antecedentes históricos y los documentos que se
tienen sobre los datos que a través del tiempo han utilizado propios y
extraños. En efecto, las primeras noticias históricas sobre la pascana de
Roboré tienen sus orígenes en el anhelo de conseguir una salida hacia el
Atlántico y consolidar el comercio en el Sureste. Ahora bien, debemos reconocer
que este cometido por buscar una comunicación, hacer exploraciones, abrir
sendas, acomodar y mantener el camino, estuvo en los intereses comerciales de
los santiagueños, los josesanos, los comerciantes cruceños, comerciantes
extranjeros y los demás habitantes de la Chiquitania, tal el caso del don
Miguel Suárez Arana que va a entregar sus mayores esfuerzos por mantener este
medio de comunicación.
Por eso, la historia de Roboré está ligada al
comercio, a las ansias por la vinculación hacia el río Paraguay, para luego
consolidarse como un punto estratégico militar. Los relatos del padre jesuita José
Sánchez Labrador, así lo confirma cuando realizó su viaje por tierras
chiquitanas en 1766, como ya vimos antes, siendo el lugar llamado un sitio de
descanso.
La importancia de esta pascana, también fue descrita
por el francés Paul Berneville, el cual da a conocer sus apreciaciones en 1899,
diciendo que “se hallaba en este estratégico lugar, una pascana que recibía ya
el nombre de El Paquió”[2].
(Tonelli 2004:266)
Sin embargo, existen varias versiones acerca de su
fundación; ya la vimos antes, pero por su importancia, entre las más
sobresalientes y que de alguna manera coinciden con la tradición oral de los
habitantes de Roboré, las reiteramos aquí: la primera, como se vio, es la del
escritor Mario Gabriel Hollweg; la segunda, la del profesor Miguel Montero
Sánchez y del escritor Oscar Tonelli Justiniano, además de otras tantas en
publicaciones, en revistas editadas por ciudadanos roboreseños. Tales versiones
serán puestas a consideración de ustedes y se describen a continuación.
Gabriel Hollweg en su libro Alemanes en el Oriente Boliviano, menciona que el primer
asentamiento que se registró en estas tierras fueron los establecimientos
agropecuarios de don Ricardo Müller Kram, de nacionalidad alemana y hace
referencia que él fundó la famosa Villa Castelnau; Müller “a su llegada
construyó su primera cabaña en “Chovoreca”, sobre la cual se formó la primera
pascana que más tarde daría origen al
nacimiento de uno de los importantes pueblos de la Chiquitania” (Holloweg 1995:
326)
Por otra parte sostiene que Ricardo Müller fue enviado por el Gobierno
Nacional en 1916 a fundar un pueblo, para tal cometido contrató los servicios
del inglés Horacio Robinson, especialista en topografía; “ambos personajes contrataron
toda la gente que pueden y cumplen con su cometido, así llega el 25 de octubre
de 1916 y con la presencia del Dr. Ángel Sandoval y otras autoridades, queda
fundado oficialmente este pueblo” (Holloweg 1995:326); este dato lo que refleja
es que el Dr. Ángel Sandoval Peña solo fue un emisario que dio fe de la
fundación de la Villa Castelnau.
Según el autor, entre las obras de gran envergadura
que realizó don Ricardo Müller, que luego se tornó en un regalo al pueblo, fue
la construcción del cuartel militar y la primera escuela fiscal, como así
también fue el primero en tratar de sembrar algodón en la Chiquitania en la
hacienda los “Troncos”, aunque que (sic) tuvo un fracaso por la sequía
constante.
Pero en lo que no se equivocó fue con los grandes
sembradíos de maíz y arroz, y a esto se sumó el desarrollo de la lechería, cría
de ganado vacuno y bovino, fábrica de tejas y carpintería; en este último
emprendimiento tuvo la colaboración de su hermano que era especialista en el
trabajo de madera.
Miguel Montero en su libro Destellos de una Perla; menciona que en 1915 esta villa todavía era
una parada de descanso de los viajeros y se encontraba en el trayecto del
camino Santa Cruz de la Sierra – Puerto Suárez. Fue un personaje de mucha
trayectoria política en Bolivia. El Dr. Ángel Sandoval Peña, que ejerciendo el
cargo de Delegado Nacional del Oriente en el periodo de 1915 al 1916, quien
“exploró y realizó estudios del lugar llegando a la conclusión que en ese
espacio geográfico se podría formar un grupo de colonización civil – militar”; es
por eso que el 18 de octubre de 1916 se funda la tan anhelada Villa Castelnau.
En dicha fundación se hace mención de que uno de los
pilares fundamentales para que el Dr. Ángel Sandoval Peña pudiera seguir con su
propósito, fue el Ministro de Guerra y Colonización, a través del cual “en
marzo de 1917 solicitó el Dr. Sandoval al súbdito alemán, don Ricardo Müller, una propuesta para la construcción
del cuartel la que fue presentada y aceptada el 14 de abril y ratificada por el
Ministro de Guerra y Colonización” (Montero, 1998:76); dicha propuesta de
inmediato se empezó a ejecutar según el proyecto trazado.
Lo primero que se construyó fue el cuartel que se
tenía planificado, el cual se empezó en “noviembre de 1917, y (fue) terminado
el 6 de agosto de 1918, siendo el jefe de la guarnición el Capitán Darío
Eyzaguirre del Castillo y los padrinos fueron don Pedro M. Arias, Rodolfo Roca,
José Rejala y Fidel Alvis, quienes celebraron la primera misa solemne a cargo
del cura de Puerto Suárez, padre Eusebio Zabala”. (Montero 1998:75-76).
Según Miguel Montero el cuartel se inauguró el 6 de
agosto de 1918 y recién el 4 de octubre del mismo año se redactó el Reglamento
del “Centro Colonial Roboré” (…) y de la formación de la Villa Castelnau, fecha
en que se da por fundada la nueva Villa y el origen de un nuevo pueblo. En este
reglamento habla sobre la Zona “F” de la colonización, la distribución de la tierra, los loteos o solares urbanos, además
de los lotes rurales, aclara la capacidad que tenía el Delegado Nacional bajo
la tuición del Intendente y la Notaría Delegacional, que eran los órganos
fiscalizadores.
Tonelli Justiniano obtuvo información del señor
Franklin Gonzales quien escribió en el periódico “La Universidad”, que el alemán
Ricardo Müller Kram fue el primero que “plantó
su primera cabaña en Choboreca, sobre la base de la cual se formó la primera
pascana, que más tarde dio el nacimiento de uno de los pueblos más pintorescos
y mejor dotados de la legendaria Chiquitania”. (Tonelli 2004:265) y acerca
del Dr. Ángel Sandoval Peña, menciona que estuvo como “Delegado Nacional del Oriente desde 1915 a 1920”; en ese tiempo buscó y consiguió permiso para
fundar un pueblo entre San José de Chiquitos y Puerto Suárez; después del
trabajo de exploración y análisis decidió por fundar en la pascana el Paquió en
el mes de octubre de 1916, la Villa Castelnau.
El Dr. Ángel Sandoval Peña argumentó ante las
autoridades gubernamentales para dicha fundación lo siguiente: “establecer un
punto estratégico de apoyo en aquella ruta comercial, proteger a los viajeros del
ataque de un numeroso grupo de ayoreos silvestres que incursionaban por la zona
y crear, un centro regional de colonización, de donde se irradiase la ocupación
económica de los campos de su extendida área de influencia”. (Tonelli,
2004:267)
Ahora, recogiendo los datos de los tres autores
mencionados, se llega a la conclusión de que los dos personajes,, don Ricardo Müller
y el Dr. Ángel Sandoval Peña, tuvieron mucho que ver en el tema de la fundación
de la Villa Castelnau; de hecho los dos personajes aportaron de gran manera al
crecimiento y desarrollo de Roboré.
La Villa Castelnau, en sus primeros años de vida,
contaba con unas cuantas casas, construidas de adobe y paja, que eran
habilitadas primordialmente para los comerciantes y viajeros que hacían la ruta comercial Santa
Cruz de la Sierra – Puerto Suárez. Además, por otro lado, los primeros
pobladores civiles fueron: Rodolfo F. Roca (comerciante); Fausto Borda
(ganadero y comerciante); Wenceslao Herrera Salvatierra (comerciante),
Guillermo Kerr (un norteamericano de color que estableció en el lugar una
fábrica de ladrillos), y otros que contribuyeron al aprovisionamiento en los
primeros inicios de la pascana El Paquió, hoy en día Roboré. Una vez fundado el nuevo pueblo, a partir de
ahí, dos elementos fueron elementales para su crecimiento y desarrollo: “El
transporte carretero y la línea férrea que une Santa Cruz de la Sierra con
Corumbá”. A esto se sumó en 1922 la instalación de nuevas líneas telegráficas y
una moderna estación de radio.
Cuenta la tradición oral de los roboreseños que al
momento de la fundación, ya antes vivían en esta pascana don Juan Taborga y su
esposa María Pesoa y Luisa Surubí, el carpintero Mateo Surubí; además, existían
otras personas en las tierras circunvecinas entre ellos José Rejala, Fausto
Borda, Matías Moreno y Adolfo Suárez Arana Fonseca.
Los centro poblados más próximos a lo que hoy en día
es la ciudad de Roboré, estaban habitados itinerantemente y amenazados por indígenas
ayoreos (Zamucos); además de que se tenía conocimiento que también llegaron a
este lugar antiguamente indígenas chiquitanos, posiblemente de origen
santiagueño, de San Juan de Chiquitos o de Santo Corazón.
El porqué del
nombre Roboré
Aunque pareciera un nombre de fábula, entre los
escritos más antiguos tenemos la cita de Alcides D’Orbigny, que en 1831 se
refrescó en las aguas del río Soboreca como él lo llama; un tiempo más tarde
Mauricio Bach lo describe como río Chobore; por su parte Cristian Suárez Arana el
15 de marzo de 1904, al describir la cuenca del Tucabaca, que es uno de los
principales ramales del río Otuquis, siendo el otro el río San Rafael, denomina
a este río como Robores.
Por su lado según dice Baldomero Eberleim en su
estudio sobre la Onomatología Corográfica de Santa Cruz, publicada en abril de
1915 por la Sociedad Histórica y Geográfica de Santa Cruz, el vocablo Roboré
deriva de la voz chiquitana xoborez, que quiere decir piedra cuña, con la cual
los indígenas construían sus hachas u otros utensilios. Además, analiza un
documento del siglo XVIII existente en la Biblioteca Nacional de Madrid, de
procedencia de los curas de Concepción encontrado en 1840 y del Pbro. Eliseo
Ayala Gutiérrez cura de San Miguel, en el cual existe repetidas veces las
palabras: yoichoborez, oichoborez, oichoboreca, que hacen referencia al demonio
o diablo.
Sin querer dañar a los especuladores, Roboré proviene
de la voz chiquitana, rscbobores: piedra redonda; xoboreca: piedras redondas. Este
vocablo de origen chiquitano nos lleva a crear un gentilicio: robórense o
roboreceños para los ciudadanos de roboré.
Leyes y
Decretos Fundacionales
La descripción de marco legal sobre la colonización en
el Sureste del Departamento de Santa Cruz da como resultado la conformación de
la Delegación del Oriente que comienza a gestarse desde el 11 de enero de 1911,
donde Santiago de Chiquitos, de una u otra manera a partir de este momento,
pasa a quedar en segundo plano, claro sin perder por completo el protagonismo
como campamento base del Sureste.
En la Ley del 11 de enero de 1911 que a continuación
se detalla, vemos claramente que el objetivo seguía siendo el de hace casi
ochenta años atrás.
LEY DE 11 DE ENERO DE 1911
DELEGACIÓN NACIONAL.- Se crea sobre el río Paraguay en la frontera
Oriental de la República.
ELIODORO VILLAZÓN
Presidente de la República de
Bolivia
Por cuanto el Congreso
Nacional ha sancionado la siguiente Ley:
EL CONGRESO NACIONAL
DECRETA:
Artículo 1º - Se crea una Delegación Nacional para
el servicio de Colonización, administración, construcción y fundación de un
puerto sobre el río Paraguay, en la frontera oriental de la República, que
funcionará por el término de tres años, sin comprometer los derechos
territoriales del Departamento de Santa Cruz.
Artículo 2º - El Ejecutivo reglamentará la presente
ley.
Sala de sesiones del Congreso Nacional. La Paz, 11
de enero de 1911.
MACARIO PINILLA. JULIO C.
VALDÉS
José S. Quinteros, F Alcocer Irigoyen. Senador Secretario
Diputado Secretario. L Pizarro, Diputado Secretario.
Por tanto: la promulgo para que se tenga y cumpla
como ley de la República.
Palacio de Gobierno.- La Paz, á los once días del
mes de enero de mil novecientos once años.
ELIODORO VILLAZÓN, Julio La Paye.
La Delegación del Oriente debía ejercer jurisdicción
territorial conforme a la ley de 11 de enero de 1911, dentro de este perímetro:
al Norte y Este, la línea de fronteras con Brasil, comprendiendo los cantones
de San Matías, Santo Corazón, Santiago y Puerto Suárez, en Provincia de
Chiquitos; al Sud los límites de la República y al Oeste, los de los cantones
mencionados. Esta delimitación no tenía otro objeto que de evitar colisiones jurisdiccionales
facilitando la labor de la Delegación ni tampoco comprometía los derechos
territoriales del Departamento de Santa Cruz. (Véase el DS 17 de diciembre de
1912 en el anexo Nº 2)
El triunvirato
pionero de Roboré
Más que un reconocimiento, es enaltecer a los tres
pioneros e ilustres ciudadanos que impulsaron la creación del Centro de
Colonización Roboré, la Villa Castelnau y el Fortín Roboré; sin duda alguna
estos tres hombres, sus ideales y principios se fusionaron en los que es la administración,
la estrategia y el comercio; de esta manera nace un pueblo, nace un fortín y
nace un cúmulo de expectativas para la colonización y la soberanía del país.
Tanto del Delegado Nacional, el militar que estaba a
cargo de la tropa que iba a componer el fortín y los primeros vivientes, hacen
de este emprendimiento algo sutil y anecdótico para la historia de la
Chiquitania y del Departamento de Santa Cruz. Los pioneros de esta empresa tan
importante para la soberanía son: el Dr. Ángel Sandoval Peña, el Capitán Darío Gregorio Eyzaguirre del Castillo y el
ciudadano alemán don Ricardo Müller Kram; acompañados por cierto, de otros
moradores y vecinos de las parcerías vecinas.
Ángel Sandoval
Peña
Pionero en el Sureste cruceño en las primeras
décadas del siglo XX, nació en Vallegrande el 26 de septiembre de 1871. Recibió
la instrucción primaria en el colegio Seminario de la ciudad de Santa Cruz de
la Sierra; los estudios superiores los realizó en la Universidad de San Aquino
(hoy Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, UAGRM); fue elegido diputado por
Vallegrande entre 1904 – 1905, también diputado por la Provincia Cordillera de
1906 hasta 1909.
En 1903 e inicios de 1904, participó activamente en
la conformación de la Sociedad Histórica y Geográfica [3]
de Santa Cruz, dejando muestras apreciables de su preparación histórica y sociológica;
participó en la redacción y consenso del “Memorándum
de 1094”, dirigido al Honorable Congreso y a la Nación, sobre la demanda y
las ventajas del Ferrocarril Oriental.
Este ilustre patricio cruceño, en el año 1912
contrajo nupcias con doña Julia Saavedra, nieta del Gral. Agustín Saavedra
(héroe de la Batalla de Ingavi), de cuya unión conyugal nacieron sus hijos:
Edith, Alicia, Elva, Mario y José, quienes se distinguieron por sus virtudes
públicas y académicas.
Su brillante carrera política lo llevó a munícipe de
la comuna cruceña en los periodos de 1908 a 1915; desde septiembre de 1916 a
1918 desempeñó el cargo de Delegado del Oriente, donde su obra ha quedado
marcada en la memoria de los roboreseños, con la concepción ideológica
reformadora y progresista. Hizo de Puerto Suárez, puerto libre y con tarifas
diferenciales para estimular la colonización y el dominio mediante una desarticulación
nacional.
Fue prefecto de Santa Cruz en 1919; también cumplió
las tareas de magistrado de la Corte Suprema de Justicia, permaneciendo en el
cargo hasta 1936; en sus últimos años de vida este ilustre cruceño, volvió al
ejercicio de la abogacía, descanso de su agotadora tarea de pionero, hombre de
mundo y forjador de ilusiones, fallece el 30 de enero de 1941 en la ciudad de
Sucre – Chuquisaca.
Don Ricardo Müller
Kram
Mario Gabriel Hollweg, describe a este personaje
como un hombre de mucho empuje, incansable, un verdadero pionero; construyó su
primera cabaña en Choboreca (Roboré), sobre la cual se formó la primera pascana
que más tarde daría origen al nacimiento de uno de los más importantes pueblos
de la Chiquitania: Roboré.
Don Ricardo Müller Kram, nació en Alemania 1887. Fue
el menor de tres hermanos: Melania, Otto y Ricardo. Llegó a Bolivia en 1910, a
la edad de 23 años, contratado por la casa Zeller – Villenger & Cia., para trabajar
como contador en la sucursal de Puerto Suárez; luego se le encomendó crear otra
sucursal en Santiago de Chiquitos; allí conoció a Aurora Montero Vargas, con
quien se casó y de este matrimonio nace su primer hijo Leonardo Müller Montero.
Sostiene Mario Gabriel H., que el gobierno de ese
entonces, en 1916, le encomendó fundar el pueblo de Roboré, obra que realizó
con decisión para lo cual contrató los servicios del topógrafo inglés, Horacio
Robinson. Ambos contrataban toda la gente que pueden y cumplen con su cometido,
así llega el 25 de octubre de 1916 y ante la presencia del Dr. Ángel Sandoval y
otras autoridades, queda fundado oficialmente
este pueblo. Don Ricardo construyó en Roboré el Cuartel Militar para el
Fortín Roboré con una paga de 20.000 bolivianos por el Estado Boliviano; además
se le atribuye la puesta en marcha de la primera escuela fiscal, obra que luego
fue donada al pueblo.
Cuando la guerra del chaco, hizo que se alistara su único
hijo Leonardo para defender el territorio boliviano, allí perdió la vida dejando
viuda a su esposa Berta Cuéllar Montero y en la orfandad a sus dos hijos muy
pequeños.
El capitán
Eyzaguirre
El capitán Darío Gregorio Eyzaguirre del Castillo,
nació en Santa Cruz de la Sierra el 9 de mayo de 1885; estudió en el Colegio
Militar del Ejército en la ciudad de La Paz; desde sus primeros días en el alma
mater del Ejército Nacional, mostró su vocación hacia la ciencia y el arte militar,
sacando adelante su entrega por la región del Oriente boliviano; es una de las
figuras militares representativas de la Chiquitania antes de la Guerra del
Chaco; su disciplina, la capacidad y el conocimiento fueron sus principales
armas para graduarse con honores como Subteniente en 1893, y ser destinado al
Regimiento “Junín”.
Para tener acceso a los círculos sociales en la
ciudad de La Paz y la proximidad a los representantes del Congreso Nacional, le
valió mucho su ascendencia familiar, la capacidad y el compromiso que tenía con
el país; nieto del Dr. Fermín Eyzaguirre, diputado por La Paz, quien el 6 de
agosto de 1825 firmara el Acta de la Independencia en Chuquisaca.
Participó de la Campaña del Acre, donde puso a
prueba su patriotismo, el valor militar y el espíritu de cuerpo, luchando a
favor de la causa nacional; marchó al teatro de operaciones, formó parte del
Batallón Acre, con el grado de Teniente, donde fue decorado por su valentía con
la “Medalla de Oro Militar”,
demostrando y empezando así su glorioso ascenso en la carrera castrense y
dándoles glorias al país y sobre todo al Oriente boliviano.
Al retornar de la campaña del Acre, es destinado a
la Guarnición Militar con base en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Hasta entonces
había demostrado su destreza y las actitudes como estratega militar, y por ser
un militar explorador y con buen tino para ubicar estratégicamente fortines a
lo largo del territorio del Oriente boliviano, a partir de 1907, año en que ya
se ponía en tela de juicio el conflicto de límites con el Paraguay, fue
destinado a la Guarnición Militar de Puerto Suárez. Antes había colaborado en
organizar los fortines Cañada Larga, Tres Cruces, Pozo del Tigre y Guarayos. Posteriormente
fundó los fortines Libertad y Guapomó en el Monte Grande de Los Cafeses, camino
a Velasco, hoy en día es parte del territorio del Municipio de San Julián en la
Provincia Ñuflo de Cháves.
Hombre valiente, sobrio y trabajador, fue nominado
por el Delegado Nacional del Oriente, Dr. Ángel Sandoval Peña para formar un
campamento en lo más estratégico de la zona, denominado por los nativos
Roboreca (…), donde se fundaría posteriormente la Villa Castelnau a partir de
1918. Salió de Puerto Suárez el 5 de noviembre de 1917 al frente de veinte
hombres, presupuestados para la Guarnición de Santiago, con herramientas,
servicios de rancho y otros enseres, para controlar desde este punto la construcción
del cuartel en Roboré.
El capitán Eyzaguirre fue fundador del cuartel del
fortín Roboré, donde vivió dos años; en 1919 fue destinado a la Guarnición de
la Frontera Norte Riberalta, después de haberse desempeñado como Jefe de Estado
Mayor de este Distrito; luego fue destinado al Estado Mayor Militar en Santa
Cruz de la Sierra.
Para la Guerra del chaco ya era un militar jubilado,
su amor patrio lo impulsó a formar nuevamente parte de los cuadros de
oficiales, y el 11 de noviembre de 1932 fue nombrado Jefe de Etapas en río
Grande y Puesto Abapó, desde donde realizó el reclutamiento de conscriptos de
las provincias Sara, Warnes y Ñuflo de Chávez para conducir estos contingentes
a Charagua y Villamontes.
Se casó dos veces, en la primera esposa doña Julia
Rivera tuvo los siguientes hijos: Juan, Darío, Luís, Armengol, Eduardo, Julio y
Alcira; en su nuevo hogar en 1936, con doña Victoria Cuéllar nacieron: Asunta,
Wigberto, María Violeta, Paula Hortensia, Blanca Catalina, Francisco Víctor e
Isabel. Trataba sobre todo que sus hijas mujeres sobresalgan en la sociedad
cruceña, en las artes, la disciplina y el compromiso con su tierra.
Después de haber cumplido su deber como soldado y ya
en los años de su jubilación falleció en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra a
los 82 años el 6 de diciembre de 1957. Es sin duda el pionero de la vida
castrense en Roboré y uno de los artífices de la efímera Villa Castelnau.
[1] Estas
demarcaciones territoriales estaban a cargo de un Delegado Nacional: la Ley 28
de octubre de 1890 fue reglamentada por el decreto 2 de diciembre de ese mismo
año; entre esas delegaciones estaban las Delegaciones Nacionales del Madre de
Dios y el Purus, luego la ley de 27 de diciembre de 1905 creó la delegación
Nacional del Gran Chaco, para el servicio de la colonización, administración y
exploración en el río Pilcomayo y territorios adyacentes, por el término de
cinco años, no comprometiéndose los derechos territoriales de los Departamentos
de Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz. En 1926 se propuso la creación de una
subdelegación con la provincia Caupolicán, pero este proyecto quedó dormido en
el parlamento. También mediante la Ley del 4 de abril de 1928 se creó la
Delegación Nacional de Parapetí y Llanos de Manso, para desenvolver un plan de
vialidad y de colonización civil y
militar de la parte occidental del Chaco. La Delegación Nacional de Guarayos,
fue creada con carácter permanente mediante el Decreto Supremo de 10 de mayo de 1938. También se creó la
Delegación Nacional del Chapare, antes denominada Intendencia de Colonización del
Chapare, en una jurisdicción de 50 mil hectáreas para promover el desarrollo de
la región con inmigración del occidente de Bolivia. Por último tenemos la
Delegación Nacional de Bermejo, de la que no hay la disposición legal que la
crea, pero los Decretos de 20 de mayo de 1941 y 31 de marzo de 1942, autorizan
al Delegado Nacional de Bermejo adjudicar lotes urbanos y suburbanos.
[2] Oscar
Tonelli Justiniano sostiene que en honor a la verdad en el siglo XX, “eran tres
estos árboles bajo cuya sombra armaron campamento y descansaron una infinidad
de caravanas y viajeros del Sudeste chiquitano. Estos árboles marcaron desde
siempre la vida de los roboreseños, como que por mucho tiempo fueron llamados
los “come paquioses”. (Tonelli 2004:266). El árbol de Paquió que tiene como
nombre científico Hymenaea courbaril, produce frutos de contextura esponjosa y
con un olor exquisito.
[3] Esta sociedad
impulsora de conocimiento, historia, antropología y demandas del Oriente
boliviano, nació al servicio de los hombres y mujeres cruceñas, el 12 de julio
de 1903; una pléyade de intelectuales y personalidades se organizaron con el
pensamiento y la mirada puesta en el futuro regional; hizo reflexiones y trazó
objetivos para mirar hacia el Oriente. Su primer Directorio estuvo presidido
por don Cristian Suárez Arana, como vicepresidente don José Benjamín Burela
Justiniano. Tesorero don Herminio Herrera, y Secretario don (s. n) Salvatierra.
La publicación de los Boletines de la Sociedad a lo largo de 1903 a 1906,
estaba a cargo de un representante de la Geográfica (Benjamín Burela), un
personero del Club Gimnasia (Ángel Sandoval P.) y en condición de miembro de
los grupos cívicos sociales don Plácido Molina Mostajo.
[1]
Petrograbado: manifestación artística realizada sobre superficie rocosa natural
o retocada in situ; pictografía: figuras pintadas de gran extensión.